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El futuro de la prensa, no lo que diga un teniente de alcalde: no todo se compra…

El futuro de la prensa, no lo que diga un teniente de alcalde: no todo se compra… A raíz de las desafortunadas palabras del teniente alcalde en el Pleno del mes pasado, repartiendo carnés de periodista a los que él con nuestro dinero decide y viendo que es la moda entre muchos políticos en España el presionar a los medios digitales desde sus nuevos dogmas de lo que es la Verdad, ofrecemos este post de Fátima Martínez para explicar cuál es la situación y el futuro de la prensa en España.

La prensa escrita petó con Internet y la información hoy es otra cosa. Desde los 80 hasta el 2.000 el problema de la prensa era que no cabía la publicidad. Recuerdo algunos domingos tener que imprimir dos suplementos de empleo porque en 128 páginas no cabían todas las ofertas de trabajo. Los lunes tocaba pedir disculpas a los anunciantes que se habían quedado fuera del periódico por falta de espacio.

El precio del periódico 1 € diario, excepto los domingos que venía cargado de suplementos. Comenzamos a añadir más suplementos a diario: vivienda, ocio, salud, cultura, por zonas, guías, especiales… Después empezaron los coleccionables, los regalos, si completabas las cartillas. Recuerdo la campaña de lanzamiento de la Razón: “nosotros vendemos información, no paellas, por eso no tendremos regalos ni cartillas”.

Terminaron regalando cajas con desayunos de Mallorca y cartillas para conseguir todo tipo de utensilios, como todos. Y sí, llegó Internet y los periódicos no supieron reaccionar a tiempo. La publicidad en Internet se regalaba dentro de la campaña de prensa que, hasta entonces, facturaba millones de euros al año.

Los anuncios por palabras empezaron a emigrar a Internet: Prostitución, ventas de segunda mano, financieros… Algo a lo que no se daba mucha importancia, pero se facturaban millones de euros, como las esquelas que poco a poco dejaron de llenar páginas y páginas, para verse reducidas a la mínima expresión.

Los blogs se multiplicaban. La prensa replicó en Internet el esquema y la maqueta de papel. Y no, Internet era otra cosa. El Mundo tomó la delantera y arrastró a El País, al ABC y al resto de la prensa a cambiar el chip… tarde. Y los anunciantes se negaban a pagar las tarifas de los espacios publicitarios en Internet porque hasta ahora habían sido gratis.

Inciso: De aquí un consejo para todo producto o servicio “lo gratis no se valora, pon un precio siempre a tu producto aunque sean 0,50 cts. porque desde ahí podrás incrementarlo y la gente lo entenderá, pero desde 0, pocos querrán pagar ni 0,50 cts. si no ofreces mucho más”.
Y nacieron los medios digitales que con poco presupuesto y poco personal (comparativamente con lo que cuesta un periódico tradicional: el papel, plantillas enormes, rotativas propias, edificios mastodónticos) y había que repartir el poco pastel digital con los nuevos medios.
Reducción drástica de los ingresos por ventas, si vendes menos tienes menos publicidad, así que reduces la paginación y eliminas suplementos. La crisis de 2007 provocó que cayera en picado el empleo, adiós a los ingresos locos de los suplementos de trabajo. Los ecos del boom inmobiliario pasaron factura y adiós al suplemento de vivienda. El lector empezó a ver que su periódico era cada vez más flacucho y le compensaba más informarse gratis en Internet.

Y llegaron los EREs y los despidos, las rotativas desaparecieron de las sedes de los periódicos, se vendieron o alquilaron parte de los edificios que albergaban a los que habían sido los grandes medios escritos.

Y así, de forma muy resumida, llegamos a los muros de pago. ¿Quién va a pagar por leer información que otros medios te dan gratis?: Empresas y profesionales. El lector se lo piensa dos veces porque la economía no está para tirar cohetes. Adiós a las plumas que eran la bandera de los medios. Unos fallecieron, otros cayeron en el olvido y otros se han ido cambiando de medio.
Y aquí es donde los medios necesitan auxilio, inyecciones de dinero de empresas y gobiernos. Pero ¿a cambio de qué? Todos los medios siempre tuvieron acuerdos publicitarios con empresas y gobiernos de: “esto no lo publiques” “me interesa que se hable de esto otro”. Unos ingresos interesantes, pero que eran solo uno más a sumar a la cuenta de resultados, añadido a las ventas en kiosco, más resto de ingresos publicitarios. Ahora falla la venta, nos llegan ofertas de suscripción a diarios de prestigio por 1 € al mes. Qué desesperación o qué buena campaña de marketing, porque muchos a 1 € es más que pocos a 12 €.

Y sí, hemos llegado a ese resultado que a los lectores no nos gusta: dime quién te paga y te mantiene y te diré a quién defiendes y lo que publicas. La independencia total de la prensa nunca ha existido, porque todos tenían una línea editorial clara, pero ahora la independencia es mucho más complicada porque está en juego la supervivencia del medio. Triste, pero real como la vida misma. (Fin)

El futuro de la prensa, no lo que diga un teniente de alcalde: no todo se compra… Gracias a que ahora ya no hacen falta grandes inversiones, se puede vivir sin tener que rendirse a los políticos que confunden prensa con propaganda y eso les duele. «No nos pueden comprar».

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