El rápido crecimiento empresarial de Tres Cantos ha supuesto también el correspondiente crecimiento de webs ilegales de las distintas empresas públicas y privadas.
Al principio cualquier web era suficiente y todo porque mayoritariamente eran webs simplemente presenciales sin ningún tipo de relación con el lector y la actualidad.
Cualquiera consideraba que por tener una imprenta o una correduría de seguros podía hacer su web sin tener ni idea del tema o porque se lo hacía un amigo (más de uno ha perdido la amistad por esas webs ilegales) o un sobrino que «está estudiando Comunicación«.
La verdad es que hoy los requisitos que tiene que cumplir una web son cada vez más exigentes para proteger los derechos de los ciudadanos y su intimidad.
El problema que tienen las webs ilegales para estar en la legalidad es un problema general que lo tienen todas.
Estas carencias más generalizadas que encontramos en las páginas públicas institucionales del Estado y en muchas webs profesionales e incluso particulares esperamos que poco a poco vayan remitiendo y arreglándose.
Es importante que todas las páginas estén dentro de la ley, que cumplan las normas de conveniencia (dejando de usar plataformas «gratis» obsoletas y sin actualizar como ocurre muchas veces con Joomla, OScommerce… y otras muchas) aunque no sean obligatorias.
La primera norma de sentido común y no obligatoria todavía que hay que cumplir es que las páginas estén securizadas.
¿Qué quiere decir esto? Te imaginas un local que no tuviera cerradura, ni ningún tipo de vigilancia, que pudiera estar gente viviendo dentro sin que lo sepa ni el propietario,… Si llegarás a comprarles productos sin saber que esa persona vive de forma ilegal,…
Eso es lo mismo que tener una página web cuyo dominio no empieza con las letras «HTTPS».
Esa «S» es la gran diferencia. Entre una página segura y una web no segura, que puede ser violada y que el dueño ni se entere, y que en breve será catalogada dentro de las webs ilegales.
El segundo punto, obligatorio en muchos casos, es cumplir con la Ley de Cookies. Esta ley obliga a que todas las páginas tienen que informar que las personas que entren a visitar ese dominio van a ser vistas y controladas en algunos de sus «movimientos».
Siguiendo el símil es como cuando se pone una cámara de vigilancia en un supermercado. Hay que advertir que lo que estás haciendo está siendo grabado por una cámara, y que esas imágenes utilizadas son para estudiar mejor su estancia en la tienda.
No se está cumpliendo la ley de política de cookies, Ni hasta hace poco, páginas de alto renombre como la del Ayuntamiento de Tres Cantos (durante meses hubo muchos Ministerios que tampoco cumplían esta ley obligatoria, en muchos casos, desde 2018).
Junto a ello está el cumplimiento del GDPR, el deber y la obligación de tener una política de privacidad y unos Avisos Legales con enlaces a los responsables de la página. Todavía hay páginas que no lo tienen y que es muy conveniente que lo tuviera.
Más cosas que conviene son poner claramente quién es el propietario, cómo contactar con la página por distintos medios y por último qué escrito en la página se cumplan.
Por ejemplo, si una web tiene un sistema de RSS para poder estar al día informados del contenido nuevo que se va incorporando a esa página, pues tiene que ser verdad.
Poner el enlace y el símbolo y que luego no conduzca a ningún sitio podríamos ponerlo en el saco de las webs ilegales.
Mejor quitarlo hasta que funcione. Esto de poner feed es muy corriente.
Muchas plantillas los ponen por defecto, igual ocurre con los iconos de las redes sociales. Al pinchar no lleva a ningún sitio, porque no se cumplimentaron con las url´s correspondientes.
Dan la sensación de que cuidan esos servicios cuando realmente no dan nada o no funciona en la mitad de los navegadores.
Parece por tanto que desarrollar webs ilegales está a la orden de día.
Otro aspecto a destacar es el tema de los derechos de copia. Se están copiando unas páginas a otras. Están compartiendo fotografías en las que nunca se cita al autor, ni de la fotografía ni de los textos originales, que son de dónde sale el contenido original.
Hablamos de una obligación moral y también en muchos casos jurídica, que puede llegar a tener consecuencias graves si es denunciado por el autor de la foto, el texto o la web.
Estos puntos que, a menudo, son de obligado cumplimiento lo ejecutan bastante bien las grandes empresas porque tienen grandes medios.
También deben cuidarse en mayor medida cuando quien lo hace es un organismo público, que debería dar ejemplo en el cumplimiento de estos temas. Y también en las páginas web que tienen también repercusión social.
No es tan preocupante cuando esto ocurre en un blog que hace un ciudadano y que no tiene por qué saber tantas cosas.
Podríamos disculpar a un blog sobre barcos de miniatura de vela, que hace una persona por afición. Si falta alguno de estos detalles, que deben ser exigidos a todas las grandes empresas, a los grandes medios y a aquellos asociaciones e instituciones que estén recibiendo dinero público.
Éstos últimos deben ser obligados a cumplir los requisitos legales para seguir siendo subvencionadas. O sea que no estén haciendo webs ilegales que están fuera de la ley o que no facilitan de ningún modo la transparencia.
SOLUCIÓN: Formarse y pedir consejo o contratar a profesionales. «LO BARATO ES CARO«.