
Una más de memoria histórica: D. Vicente Mortes Alfonso
¿Dónde está la libertad de darle a «Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César»? Qué pasa con la libertad si escribimos la historia de verdad, no esas historias apropiadas, adaptadas al momento, que ni siquiera son buenistas, pues tienen la malicia de adaptarlas según la conveniencia de las medallas en juego. Y voy a pasar a hablar de D. Vicente Mortes, que no puedo presumir que fuera amigo mío, ya quisiera, soy viejo, pero él lo era más, pero como todos los viejos, fue joven. Y de joven, llegó a Ministro de la Vivienda, era un auténtico tecnócrata, y como veremos, con una enorme sensibilidad social, y la tenía porque la había vivido. Y así se realizó y así vivió.

Y comenzamos hablando de él y de su origen porque nació el ocho de septiembre de 1921 en Paterna, Valencia. Su padre provenía de una familia de albañiles dedicada a la construcción. Vicente, siempre fue un escolar brillante, pero nadie podía sospechar que de tan humilde cuna se forjaría un gran Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. Es de señalar que fue una persona que recibió una educación excelente y muy cuidada, porque nada está reñido con una condición humilde y modesta, con la educación buena y excelente. Es más, yo diría que las riquezas rápidas y raudas, como se destilan ahora, son perjudiciales, pues no se digieren, y el poder con dinero tiene más peligro que una caja de bombas.
En aquella época, era común que personas de origen humilde y sencillo se convirtieran en importantes personas. Por la autoeducación permanente y el aprendizaje constante. Con recursos limitados, muchos lograrían convertirse en profesionales destacados, ocupando los mejores puestos de sus promociones y viviendo con mucha dignidad y solidaridad, pues sabían de dónde venían y lo que costaba salir adelante.
En el caso de D. Vicente Mortes, jamás de los jamases olvidó sus orígenes. De hecho, esos orígenes le permitieron ejercer su profesión de manera solidaria. Yo le recuerdo sonriente, muy afable y muy bondadoso. Y lo conocí porque me lo presentó D. Martín Eyries Valmaseda, también Ingeniero de Caminos, canales y puertos de su equipo, e hicieron grandes cosas que otro día contaré. Pues a Vicente se le deben grandes obras, todas con un denominador común, su vocación social. Fue responsable de una enorme cantidad de viviendas sociales, que es lo que nos interesa en este caso, pues hoy en día nos hace mucha falta un Vicente Mortes y un Martín Eyries. Llegó a ser Ministro durante el régimen franquista, como hemos dicho era un gran tecnócrata, que como yo lo entiendo y le entiendo ocupó su vida en resolver los problemas del prójimo sin enriquecerse ejerciendo como un técnico en diversas materias, porque lo era. Un hombre de codos, pero también de ejecución, un hombre responsable que daba la cara siempre, y era el sello de los que estaban con él.
En aquella época casi todos los ministros eran técnicos también y ejecutivos, y se les fichaba por su valía profesional y probada honradez. Se inició la operación en 1969 y fue alrededor de 1976 cuando se empezó a considerar la urgente actuación urbanística (UAU) de Tres Cantos y Móstoles. Se estudiaron más de 20 emplazamientos y Móstoles y Tres Cantos fueron finalistas, en otra ocasión nos extenderemos respecto a COPLACO y su magnífica labor en el área metropolitana de Madrid, y los del INUR -Instituto nacional de urbanización también con fantásticos trabajos que nos han llegado. Sin embargo, y en esto hay que insistir porque, cuentan milongas, Móstoles fue descartado personalmente por el General Franco, quien tenía propiedades en la zona y zanjó el asunto.
Volviendo a mi trato personal con D. Vicente Mortes, tan crucial e importante relación para mí. Lo conocí a mediados de los años 80, cuando D. Martín Eyries Valmaseda, que fue Director General de Arquitectura y etcétera, me lo presentó como dije anteriormente. D. Martín era otro gigante humano, gracias a la calidad, sabio conocimiento de muchas materias, con la practicidad de su formación, y, así pues, tuvo puestos como Presidente de Sociedades, entre las cuales estuvo Tres Cantos S.A.
Curiosamente, yo nací en un piso justo encima de la familia de Eyries en Madrid, aunque nuestra amistad venía de lejos, esta se mantuvo gracias a nuestros padres. Pasaron los años, terminé la carrera de arquitectura y D. Martín Eyries fue nombrado Presidente de Tres Cantos S.A. como hemos dicho, empresa pública encargada de la obra y gestión de Tres Cantos. Y este Tres Cantos fue el fruto y deseo de este grupo magnífico al que se incorporó D. Alfonso Vázquez Fraile Presidente de CONCOVI y mejor dicho, no se incorporó, estaba incorporado desde el origen, pues dispongo o disponía –habría que encontrarlos– los documentos de esa época que aportó D. Alfonso para la creación y definición de Tres Cantos.
Para mí, fueron años muy interesantes y hasta apasionantes, y en 1981 cuando trabajaba en un modesto estudio de arquitectura en Malasaña me llamo D. Martín, y después de cumplir ciertos requisitos y superar algunas pruebas a las que me sometieron en las oficinas de la calle Orense de Tres Cantos SA. Me contrataron como el último mono de los arquitectos. Pero era muchísimo para mí, además era un honor. Y fue allí donde conocí a los auténticos pioneros, a mis compañeros que eran ingenieros, arquitectos, economistas, abogados, entre otros, y a esta gente no les recuerda ni el potito del alba, y se les debe casi todo lo construido en la ACTUR (Actuación Urbanística Urgente, a la que se llama ahora casco antiguo), porque además de ladrillos hay infraestructura y mucha debajo de la tierra que no se ve.
Y fue allí donde conocí a los auténticos pioneros, a mis compañeros que eran ingenieros, arquitectos, economistas, abogados, entre otros. A esta gente no les recuerda ni el potito del alba.
Recuerdo con especial cariño y agradecimiento a D. Jaime Gil, arquitecto, quien y cuando en una especie de regulación de empleo, por problemas económicos y políticos, según me ha llegado, sacrificó su empleo en beneficio mío, considerando que yo ya tenía hijos y lo necesitaba mucho más.
También, D. Alfonso Vázquez Fraile, que tenía una mente privilegiada y una memoria de caballo, con el tiempo nos hicimos muy amigos, pero que muy amigos. Él tenía también el sueño cooperativista y social.
Dicen que se dio el abrazo de la muerte con el Ministro D. Joaquín Garrigues Walker, Ministro de la Vivienda en tiempos de UCD. Se dieron lo que se conoció el compromiso de una ciudad cooperativa en Tres Cantos. Y resultó que Tres Cantos S.A. y CONCOVI se unieron estrechamente, lo que permitió entonces intentar construir la ciudad cooperativa de Tres Cantos.
Cuando falleció D. Vicente Mortes, en su funeral que tuvo lugar en la Basílica que hizo D. Francisco Javier Sainz de Oiza en la calle General Moscardó, Conchita su esposa, ya fallecida, me pidió que escribiera sobre D. Vicente, y acordamos que lo haría, es algo que tengo pendiente desarrollar, aunque ya se ha escrito mucho sobre él. Yo puedo hablar sobre su trato magnífico, su estupenda presencia, su educación y su señorío, con eso puedo hablar con certeza. Hay personas mucho más competentes y documentadas para hablar de su extenso trabajo, salvo a lo que respecta a Tres Cantos, que también es parte de su legado, pues de Tres Cantos hablaremos tan estrechamente como podamos, ya no como su origen, sino como su desarrollo en otras ocasiones.
De cualquier forma, yo animo a todo vecino y persona que quiera cultivarse a leer el libro de Miguel Álvarez Morales, Vicente Mortes de la editorial Biografías MC y que he donado a nuestra Biblioteca Lope de Vega, en TresCantos .
De paso, vuelvo a reivindicar el reconocimiento a mis compañeros de todo tiempo, que se dejaron las pestañas aquí, y más que las pestañas. Especialmente a mi querido amigo Rafael Rodríguez Gutiérrez, Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, que nos ha dejado tan recientemente, y que como un topo, hizo tanta infraestructura por arriba como por abajo, los famosos ovoides y tantas otras cosas que invito a conocer.
Me da un poquito de pena tener que espolear para que se conozca la auténtica memoria histórica de Tres Cantos. Y esto solo es el principio. Hoy y ahora, me apetecería escribir la de casi todos los compañeros que han pasado por Tres Cantos SA, pero no es posible ni práctico. Eso que lo hagan los vecinos y los historiadores, que buena falta hacen.
Viva España y Viva el Rey
Luis Mosquera
Arquitecto