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Réplica de un enfermero al artículo de Tres Cantos Plus

Réplica de un enfermero, Daniel Almagro, al artículo de Tres Cantos Plus sobre la apertura de las urgencias y la situación sanitaria en general:

enfermera
Estamos en sus manos y ellos en las de los políticos
PARA TRES CANTOS PLUS
Lo que realmente hay en España son enfermeras… De momento, porque ya son muchos los que han abandonado la profesión tras el abandono de nuestro gobierno.
Una profesión que necesita años (al menos seis años de formación para la especialidad) y una responsabilidad que no corresponde en absoluto con su retribución.
Tras el Covid, miles de enfermeras no tuvieron más remedio que cambiar de sector o de puesto de trabajo para poder conservar su salud. Y lo peor es para las que pudieron aguantar y en marzo de este año se vieron en la calle tras la finalización del contrato Covid.
Tuvieron que buscarse la vida como pudieron accediendo a contratos basura con sueldos acorde al convenio de sanidad privada que rondan los 1200 euros brutos. Y además luego trabajan o atendiendo en su mayoría a un número de personas mucho mayor al que puede asumir con seguridad o quizás termine trabajando en uno de esos centros de muerte donde la gente suele dejar a sus mayores para poder seguir siendo parte de un sistema de deshumanización, donde vales lo que tienes.
Esos centros llamados «residencias de mayores», suelen estar atendidos por los únicos que pueden asumir ese tipo de condiciones, al no quedarle otra. Como personal auxiliar de origen extranjero y por los enfermeros necesarios por ley que suelen ser lo que no pueden trabajar en lo público o en mejores sitios. Este personal con mayor responsabilidad en estos «lugares de olvido» suelen ser en su mayoría personal con poca experiencia y alta temporalidad en estos «puestos de trabajo» si se pueden llamar así.
Existen iniciativas privadas que intentan hacer bien las cosas y con vocación de cuidar.
No podemos caer tampoco en la religión política que dice que toda iniciativa no estatal tiene origen perverso o que solo lo estatal puede ser público, (todos hemos visto la pequeña plaquita que tenían antes los taxis en la que se podía ver «SP», servicio público) que lo ofrecía un ciudadano de a pie.
Estos puestos de trabajo de iniciativa privada donde la humanidad se hace patente son por desgracia una minoría, pues nuestra legislación solo sabe de limitaciones. No abre las puertas a muchas otras formas de hacer las cosas, aunque sean iniciativas de la gente y no de un estado de legislación inflexible. Dejando la iniciativa sanitaria privada en manos de los únicos que la pueden pagar, los llamados fondos de inversión (dueños de muchas de estas empresas de muerte: porque no los reconozco como de cuidados).

La verdad de los sanitarios en España es muy dura y eso fuerza a muchos de nuestros profesionales a salir de nuestro país para tener una oportunidad laboral digna.

Tres Cantos en esto, como en otras cosas, es una burbuja donde el dinero fluye hacía el mantenimiento de la misma, todo regado de multitud de actividades cívicas y de ocio que ayudan mucho a mantener a todos contentos, menos a una minoría incómoda que reivindica el acceso sanitario para todos y la ayuda real a las personas que vienen a buscar una oportunidad en Tres Cantos. 
No perdamos la esperanza en las personas que gobiernan nuestra ciudad, tendámosle la mano y no nos convirtamos en talibanes de lo correcto, ni en jueces, no sea que terminemos comiendo mariscada de «gratis» y por la cara.

De la Réplica de un enfermero Daniel Almagro al artículo de Tres Cantos Plus solo es responsable su autor.

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