En esta época de relajación por excelencia, es importante que no “relajes” tus hábitos saludables. Te proponemos alguna recomendación para que disfrutes del verano con todos los sentidos.
Cuando suben las temperaturas todos nos ponemos en “modo vacaciones” aunque todavía no las hayamos iniciado; modificamos nuestra forma de vestir, cambiamos nuestros hábitos, se introducen otras comidas y bebidas, apetece salir a la calle, compartir más tiempo con familiares, vecinos y amigos.
Sin embargo, no debemos olvidar cuidarnos en cualquier estación del año.
Alimentación en verano
En verano nuestro estilo de vida cambia y, por tanto, nuestra dieta también se ve modificada. Para que nuestra dieta sea saludable en esta época te proponemos una serie de consejos:
- Bebe al día de 1’5 l a 2 l. de agua.
- Aumenta el consumo de frutas y verduras. Tomarás vitaminas, minerales y muy pocas calorías. ¿Por qué no una barbacoa también con brochetas de verduras y una parrillada de verduras?. Elige hortalizas de temporada.
- No te olvides de comer legumbres también en verano, prepáralas en forma de ensaladas.
- Recupera la Dieta Mediterránea. Cambia tus hábitos y comparte el cambio con tu familia y amigos. ¿Qué incluye la dieta mediterránea?
- No existen las dietas milagro; para no caer en la tentación de practicarlas, infórmate. Dietas y productos mágicos
- Como postre, nada mejor que las frutas de verano, con todo su contenido en vitaminas, ricas en beta-carotenos que además mejoraran el estado de nuestra piel.
- Y no olvidemos las precauciones en verano con algunos alimentos:
No olvides hacer las 5 comidas al día, por ello recuerda tomar un tentempié a media mañana y a media tarde. Te ayudarán a llegar con menos hambre a la siguiente comida.
Elige sobre todo fruta fresca y de temporada; te aportará más nutrientes.
Aquí tienes algunas ideas de cómo combinar alimentos de una forma rica y saludable y que podrás llevarte a cualquier sitio (pasa el ratón por las fotos para ver la receta de estos aperitivos):
¿No tienes tiempo de buscar recetas? Te sugerimos menús para esta estación del año.
No esperes a sentir sed para beber agua.
Es importante tener en cuenta las recomendaciones de consumo de líquidos en cada edad, especialmente en los niños, las mujeres embarazadas o lactando y en los ancianos, así como en situaciones especiales de enfermedad y por las condiciones climáticas.
En el caso de los lactantes, sus necesidades se cubren a partir del consumo de leche materna, pero es conveniente ofrecerles agua para permitirles cubrir las necesidades de líquidos producidas cuando se inicia la alimentación complementaria, así como en situaciones de enfermedades, que requieren cantidades adicionales.
En el caso de los mayores, es necesario recordar que al menos consuman de 6 a 8 vasos diarios de agua.
La práctica de ejercicio físico también hace necesario beber mayor cantidad de agua.
Recuerda que también puedes hidratarte no solo con agua; zumos naturales, infusiones frías, cremas frías como el gazpacho, son una excelente fuente de hidratación, que puedes elegir según tus preferencias.
Incluye todos los días en tu dieta fruta y verdura, ya que también contribuirán a hidratarte de forma saludable.
Tomar leche es una buena manera de hidratarse. Elígela con menor contenido en grasa, ya que aporta agua, calcio, vitamina D y potasio.
La hidratación es parte fundamental de una alimentación saludable. Ambas son claves para conseguir un buen estado de salud y bienestar
Vacaciones saludables en movimiento
Es importante llevar una vida activa todo el año.
Durante las vacaciones disponemos de más tiempo libre para realizar actividad física. Tenemos la oportunidad de dedicar más tiempo a nuestras rutinas de ejercicio físico, y plantearnos probar nuevas actividades tanto en nuestro entorno habitual, como en el caso de que nos traslademos a otro lugar de residencia.
Las personas que no practican ejercicio de forma regular, durante la época estival, pueden comenzar a trabajar con actividades de intensidad moderada e ir incorporando paulatinamente más días y mayores esfuerzos.
Actividades como caminatas, gimnasia acuática, yoga y ciclismo son recomendadas por ser de bajo impacto y no tener restricciones de edad. El calentamiento previo y los ejercicios finales de estiramiento son esenciales para evitar lesiones.
La práctica de una actividad física saludable es un hábito que se puede adquirir temprano. Aprender a nadar durante la primera infancia es una oportunidad que proporciona también diversión y seguridad.
Es un momento idóneo para compartir las vacaciones activas en familia con amigos y plantearnos unas vacaciones con ocio activo: campamentos en la sierra, practicar senderismo, y excursiones en la montaña, y en la playa practicar deportes acuáticos.
En la ciudad también disponemos de puntos activos de práctica deportiva en los parques, vías y rutas verdes, piscinas municipales y polideportivos, actividades lúdico deportivas en los barrios.
Disponemos de información en los distritos municipales, las concejalías de cultura y deporte, los institutos de la juventud, las oficinas de turismo que nos pueden informar de actividades de ocio activo y lugares donde realizarlas.
Además, cualquiera que sea nuestro estado de salud, siempre podemos encontrar un ejercicio físico que nos resulte divertido, que nos produzca bienestar, tanto solos como en compañía.
Recomendaciones para la práctica de actividad física durante la época estival
Bajar la intensidad del ejercicio si hace mucho calor. Si es posible elegir las horas del día menos calurosas.
Beber agua sin esperar a tener sed y llevar ropa fresca de color claro.
No salir al aire libre sin protector solar ni sin gorro que cubra la cabeza ni gafas para el sol.
Adaptar la intensidad del ejercicio según la temperatura y la humedad del día.
No olvidar realizar estiramientos antes y después del ejercicio físico.
Ingerir comidas ligeras antes de hacer ejercicio.
Algunas sugerencias para disfrutar de la actividad física en la Comunidad de Madrid este verano
“Estrés” significa: tensión, tensión emocional y tensión física. El exceso de estrés puede ser perjudicial para nuestra salud. En estas situaciones, debemos ser capaces de reconocer las señales que nos envía el cuerpo, identificar las causas del estrés y aprender a manejarlo.
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