En noviembre, nos visitó Ángel Coello.
Ángel es un chico ciego de 31 años que vive en Tres Cantos.
Vino con su perra guía que se llama Ceniza.
La causa de su ceguera es una enfermedad que se llama retinosis pigmentaria atípica.
Se trata de una enfermedad de la vista que transmiten las mujeres a los hombres durante el embarazo.
Su hermano Miguel, de 26 años, tiene la misma enfermedad, pero en menor grado.
Ángel empezó a perder la vista a los 6 años.
Poco a poco, su ceguera aumentó y necesitó nuevos apoyos como unas gafas, un bastón y un perro guía.
Ángel estudió el bachillerato de Humanidades. Después, hizo la carrera de Filología Hispánica
pero no terminó el trabajo final por sus dificultades.
También estudió una Formación Profesional de Grado Superior de programación informática.
En la actualidad trabaja en la ONCE comprobando la accesibilidad de las aplicaciones informáticas.
Su hermano Miguel ha desarrollado una aplicación para Metro que permite orientarse dentro de sus instalaciones.
Además, a Ángel le gusta hacer deporte. De pequeño practicó judo hasta ser cinturón verde.
Ahora, sale a correr y hace bicicleta estática. Conoce también el fútbol adaptado para personas con problemas de visión.
Nos dijo que España es buena en ese deporte.
Ángel nos habló de algunas dificultades que tienen las personas ciegas. Por ejemplo, a la hora de moverse por las calles. Desde su punto de vista, Tres Cantos es una ciudad que podría estar mejor adaptada para personas con discapacidad visual.
Ángel anima a todas las personas que están viviendo la misma experiencia que él, y les invita a que se lo tomen con humor.
Ángel es una persona positiva, pero realista a la vez que no se echa para atrás en la vida.
Para ser joven, nos habló con mucha inteligencia, sabiduría y naturalidad.
Nos ha parecido interesante, agradable, y simpático.
Su perrita nos encantó, era muy juguetona.
Se puso a moverse de aquí para allá.
Ángel es un buen conversador que explica muy bien las cosas que le preguntamos.
Nos contó que echa de menos la vista y sueña con recuerdos visuales en colores.
A pesar de su falta de vista, aunque no todo es fácil, él es alegre y nos da esperanza de un mundo mejor.