El Camino en Tres Cantos con Misión Emmanuel
Todos conocemos el Camino de Santiago, pero no todos conocen que este camino puede comenzar en Madrid, aunque no es muy habitual que alguien esté dispuesto a recorrer los 683 km que separan a Madrid de Santiago de Compostela. Menos aún son lo que conocen que este camino tiene una parada en Tres Cantos. Puede ser debido a que el ayuntamiento de esta localidad no difunde información sobre el camino a su paso por Tres Cantos, e incluso cerró el albergue de peregrinos que estaba bajo el ayuntamiento, debido parece ser a que no disponía de cédula de habitabilidad, así que cuando llega un peregrino personas cercanas al ayuntamiento de Tres Cantos suelen facilitar con toda la buena voluntad del mundo el teléfono de alguno de los hermanos de la comunidad Misión Emmanuel de Tres Cantos y es algo de agradecer, pues ayudan a dar respuesta a una demanda real que de otra forma quedaría huérfana a no ser que el peregrino está dispuesto a pagar un hotel y de paso volverse a meter en el mundo del que quiere tomar distancia.
Una vez contactados con la gente de la misión, se les ofrece un servicio desde la total gratuidad, cosa que es difícil de ver hoy en día.
Este servicio consiste en una cama en el módulo de acogida de peregrinos, con baño completo, cocina, frigorífico, a demás de comida y atención espiritual o de cualquier otro tipo, siempre y cuando lo demande el peregrino. Aunque lo que más les impresiona es que en la casa grande donde hay un salón común, pueden ver gente muy diversa compartiendo vida como en una gran familia, mientras los niños corretean por todos los lados bajo el cuidado de todos. En la casa grande viven personas acogidas en el programa de inserción temprana de la ONG «Abraza África» perteneciente a Comunidad Misión Emmanuel, así que se sientan a comer con chicos de Marruecos, una pareja de Venezuela, otros del África Subsahariana e inclusos españoles acogidos por estar en situación muy vulnerable. Algunos peregrinos llaman a esto el Reino de Dios, pero sobre todo suelen irse contentos a ver que otras formas de vida son posibles hoy en esta sociedad.
Cada día hay más personas, aunque son una minoría, que comienzan una búsqueda de sentido en sus vidas, tomando un camino de reencuentro con uno mismo y con una realidad no distorsionada por los reclamos de esta sociedad superficial y de apariencias, donde el que no produce o no consume, no es considerado como normal e incluso suele ser excluidos por los «normales», ya que les hacen ver lo que no quieren, pero si vieran, verían una oportunidad de ser más humanos y auténticos. ¿Pero quién quiere ser más auténtico o humano, pudiendo ser más rico o acomodado? Pues haber los hay. Sobre todo los que ya han probado la falsedad del supuesto éxito socio-laboral o los que han sufrido su injusticia o simplemente el vacío existencial de esta impuesta normalidad.
