¿Por qué es tan difícil hacer vivienda económica?, por Luis Mosquera
Soy arquitecto y urbanista, de 1976 a 2024, con casi 50 años de ejercicio profesional, y no me explico, es posible que por ignorancia, cómo no se resuelve el problema de la vivienda y que esta sea accesible, fundamentalmente para la gente joven porque soy consciente de que les estamos dejando un mundo muy muy complicado y difícil, y estos se darán cuenta cuando pase un poquito de tiempo y las consecuencias de las barbaridades y burradas de los políticos pasen factura.
Estos casi 50 años de ejercicio profesional han tenido mucho que ver con el pueblo de Tres Cantos, y también con pequeñas aportaciones mías a la Ley del Suelo de la Comunidad de Madrid. Y soy tan bruto, que casi casi no conozco otro medio de gestión y obra que el que se utilizó con mucho éxito en Tres Cantos, y es muy sencillo, se expropia el suelo rústico “de patatas” a justiprecio rústico, se vende el suelo para vivienda con el incremento correspondiente a las dotaciones, equipamientos, infraestructuras y etcétera, y de ahí sale el precio de la repercusión del suelo en la vivienda, y cuando se vende, el beneficio moderado establecido por una empresa pública se reinvierte en la promoción de esas mismas dotaciones, equipamientos e infraestructuras y etc. Si encima, se promocionan sistemas cooperativos, muchísimo mejor, que es lo que ha ocurrido en Tres Cantos.
Estoy obsesionado, la vida ha ido tan deprisa que me ha alcanzado, yo ya apenas pinto nada, es decir, más o menos no pinto ni «en copas», pero estoy realmente muy interesado porque pensé que sería así, que la siguiente generación estuviera mejor que nosotros. A mí me costó comprarme mi casa de protección oficial en Tres Cantos, pero pude, ahora aunque puedas no te lo puedes comprar. Mi casa tenía 120 m², y tenía amigos con casas de más de 200 m², y la protección se justificaba por muchos motivos, entre otros por el programa de la familia. Es decir, no entiendo que tenga que haber viviendas de
dimensiones limitadas. Por otra parte, España, que es un país, rico en barro, en
madera, cemento, tiene mucha arena, tenía altos hornos, es decir, todo favorable
para la construcción. España era un país con posibilidades, y si se fomentan esas
posibilidades, si se busca lo sencillo y lo práctico, en vez de dar la nota y hacer
horteradas, se puede promocionar una vivienda muy digna, incluso
ennobleciendo la prefabricación, porque al irse perdiendo los oficios y la
artesanía por las crisis, conviene simplificar mediante la depuración de la
prefabricación.
Hubo una época en la arquitectura, o hubo más de una época, en la última se trabajaba el humanismo mediante el número de oro, es decir, la vivienda tenía que tener unas dimensiones humanizadas. Eso es lo que se buscaba, la vivienda al servicio del ser humano, porque con que uno quepa por un agujero de la pared, no significa que esa puerta esté bien dimensionada, es decir, la tecnología debe estar al servicio del hombre y nunca el hombre al servicio de la tecnología, aunque la tecnología te facilita, incluso crear al servicio del hombre.
Por otra parte, España es grande, o lo que queda de España es grande todavía, y recalificar suelo es factible y una obligación de la Administración, con los procedimientos legales y por necesidades sociales, sociológicas, urbanísticas, arquitectónicas y etc. Fíjense ustedes, que he citado a una empresa pública, las empresas públicas tienen el inconveniente que pueden ser tentación de políticos como todo lo que es público, pero si funcionan, son una gran solución, pues Tres Cantos S.A., que en la última etapa era 100% de la CAM, con una plantilla relativamente pequeña, en su día, no sé en los últimos tiempos, como hemos dicho, reinvertía el beneficio en la ciudad. Es decir, el suelo salió baratito, los beneficios se repercutían en la promoción, los gastos generales no eran muchos y había en el mercado la disponibilidad con m² de potencial vivienda.
Me haría mucha ilusión que estas soluciones se estudien y se busque su viabilidad, pues resulta que no lo hemos dicho, pero ya es más cara la repercusión del suelo en la construcción, que lo que hay que hacer de construcción. Este tipo de cosas son las que ahora me dan felicidad, intentar explorar cuestiones a futuro que ayuden a resolver la vida de la gente joven. Hay muchos colectivos que ayudar y tener en cuenta y mimar, pero estoy obsesionado con que la gente joven, porque no ha conocido otra cosa, y les ha tocado de lleno la revolución tecnológica e informática, han sufrido una transformación respecto a nosotros, en muchos matices saliendo perjudicados.
Luis Mosquera
Arquitecto