José Luis Romaní, un auténtico maestro, se ha ido y nos ha dejado su sello en Tres Cantos.
Hace pocos días, al trantrán de la vida, alguien dijo que están cayendo todos los primeros. Pues todos los primeros cumplimos años, y ya en buena medida los que cumplimos son regalados, y se van yendo con Dios muchos amigos de los que se partieron el alma en Tres Cantos, como vecinos o como trabajadores.
En el caso que nos ocupa, el gran José Luis Romaní, fue uno de los arquitectos más importantes que dio el siglo XX. Un catedrático de la ETSAM decía que era como un monje, pues yo creo que se dedicaba a dibujar muy poéticamente las cosas, y estaba a mi entender, muy a gusto con sus compañeros Carlos Ferrán y Fernando Navazo, más prácticos o ejecutivos del proyecto y de la obra, pues Romaní siempre se mantuvo en un segundo plano. El conocer y trabajar con ellos fue un privilegio y se lo debo a Eduardo Mangada Samaín, Consejero de Política Territorial y Presidente de Tres Cantos SA. Otros personajes en otro momento trataremos de ellos, pues son merecedores también de que se les recuerde con mucho agradecimiento en este pueblo, y son, entre muchos, Luis Miquel Suárez Inclán y Ramón Romo Larequi. Todos buenos compañeros que coincidieron en el Hogar del Empleado, y sabían de vivienda un potosí.
Mi admirado Jose Luis Romaní, se presentó con Ferrán y Navazo al concurso restringido convocado por Tres Cantos S.A. de la Casa de la Cultura, y al ser restringido, tenía la ventaja de que se presentaban invitados los arquitectos, de manera que se sabía ya de antemano la calidad de los proyectos que se iban a presentar en función del firmante. Este hermosísimo proyecto, hermosísimo también por su dimensión y ambición, responde, creo yo, a dos requerimientos. Uno, que Eduardo Mangada quería que Tres Cantos tuviera una atracción metropolitana, es decir, que fuera un lugar de atracción muy importante dentro de la CAM, el otro, fue que no hacía nada más que repetir y soñar el primer Alcalde de Tres Cantos, Antonio Osuna Márquez, que había que hacer de Tres Cantos la mejor ciudad del mundo. Lo repetía hasta la saciedad y era capaz de dar la vida por ello. Desde luego que para mí, que era un empleado, me entusiasmaba mi trabajo y me sentía totalmente amparado por mis superiores, puesto que se trabajaba en equipo y en cosas que entendía yo muy buenas para el pueblo y muy bonitas para un arquitecto.
Dejándolo para otro artículo, cuando falleció Antonio Osuna, al poco tiempo Eduardo Mangada cesa, pues le quitan las competencias de transporte y él no entiende el urbanismo sin transporte porque es un gran arquitecto y urbanista. Las nuevas administraciones me exigen desmontar los proyectos en marcha, disponen la recalificación de la Zona Central a residencial, y el dinero del que disponía Tres Cantos SA para equipamientos e infraestructuras, traspasarlo con otros objetivos. Deshecho el equipo de Tres Cantos SA y no gustándome un pelo el equipo que desembarca y tampoco el Consejero, no encuentro más alternativa que irme a la calle, dimitiendo.
Este mencionado equipo de Tres Cantos S.A. con los arquitectos mencionados, trabajaba muy concienzudamente e hicieron planos y maqueta, de los cuales aporto de lo que dispongo. También, vivo en una casa proyectada por ellos, un adosado, creo que muy simpático y tremendamente aprovechado. Difícil de explicar, pero el aprovechamiento y equilibrio de las dimensiones con una economía constructiva, también es de lo mejorcito que he visto en mi vida, pues es muy sobria la construcción y el proyecto. Para estas casas, José Luis Romaní hizo muchos dibujos, y unos muy anteriores a los definitivos me los obsequió, y los aporto muy orgulloso del maestro, pues considero que son preciosos.
Es una pena que haya pasado tanta gente buena por Tres Cantos, tanta y tantos, y no tengan un recuerdo que les honre su memoria. Estoy en estos momentos recordando a otro maestro, que ha fallecido recientemente, me refiero al estupendo Andrés Perea Ortega, que también hizo obra en Tres Cantos. Y teniendo en cuenta que todos los ladrillos puestos en Tres Cantos tienen padre y madre, debería por justicia y cariño recordar en función de sus méritos, fundamentalmente a muchos que se han dejado aquí las pestañas, construyendo en parte las raíces y en parte la identidad de Tres Cantos.
Por último, recordar, y lo considero importante incluso imprescindible, que hay muchos técnicos y gestores todavía vivos y que son autores, que son artífices de Tres Cantos y que faltarán por ley de vida, no dentro de mucho tiempo, y que mucho, mucho tienen que contar. Y nadie les hace caso, se llenan los auditorios de cosas aleatorias, y las cosas importantes parece que no interesan.
Espero que antes de que sea yo uno de los que se van, tenga la ocasión de escribir sobre mis compañeros arquitectos que tanto me han enseñado.
Adjunto las fotos de la maqueta de la Casa de la Cultura y dibujos de Los Madroños.
Luis Mosquera Pedrosa
Arquitecto
Exjefe del Departamento Técnico de Tres Cantos S.A.
